14.9.08

Marina Cedro en el Biribay. Itinerarios

Fue uno de eso recitales donde el público no era un bloque, un masa uniforme que agita los brazos y corea los estribillos al unísono. El poco público que asistió(una pena grande) estaba como islas cada uno en su espacio físico, espiritual, no existía nadie más que la pianista y cantante y uno/a mismo. Ella te miraba a ti con unos ojos cielo, te cantaba a ti de manera particular o esa era la sensación, muy de cerca te cantaba esas canciones, esos tangos con los toques sutiles de un piano que arropaba su intima y potente voz.
Leyó poemas de amor, de lágrimas y de locos, y así estábamos todos flotando en una habitación, donde vivíamos todos los locos que inventaron el amor. Tangos de Piazzolla, poemas Girondo y un repertorio propio Marina.
Nos despertó del letargo cuando dijo demasiado pronto( una horita de concierto) las palabras mágicas, se acabó, sigo mi itinerario, espero que coincidamos en otros puntos del camino, ciao.
Os dejo un pequeño vídeo para dar envidia al que no fue, donde recita un poema de Cortazar de su libro Rayuela, un poema universal que habla de una de las partes más delicadas de nuestra anatomía.


No hay comentarios: